11.10.07

¿Es verdad que los más educados son más felices?

Hace unos meses empecé a trabajar con un colega japonés en una investigación sobre la felicidad y la satisfacción laboral utilizando una base de datos de trabajadores sindicados en Japón. Uno de los resultados de nuestro estudio es que las personas con mayores niveles de educación están más satisfechas en su trabajo y más contentas en su vida en general. Esto aplica para personas con niveles de licenciatura, carreras técnicas y posgrados--es decir, para niveles más allá del bachillerato. Los trabajadores que no tienen título de preparatoria pero que completaron la secundaria, también están contentos tanto en lo laboral como en lo personal--aunque no tanto como los que tienen licenciatura o un título más alto. ¿Qué explica esta relación entre el nivel educativo de una persona y su satisfacción laboral?

La respuesta no es sencilla. En otros países, la relación entre estas dos variables es de hecho muy distinta. En Estados Unidos, por ejemplo, la asociación es muy sencilla: a mayor educación, mayor satisfacción. Si pensamos que una mejor educación nos ofrece oportunidades de trabajo más atractivas y mejor remuneradas, esto tiene sentido: con un mejor sueldo podremos comprar un mejor carro, una casa más grande, podremos ofrecer una mejor calidad de vida a nuestras familias, y estaremos más satisfechos.

Sin embargo, un mejor trabajo, aunque ofrece mejor salario, también implica mayores responsabilidades, más preocupaciones, más horas en la oficina y menos con la familia. De hecho, en Gran Bretaña sucede lo opuesto a Estados Unidos: ¡un mayor educativo está acompañado de una satisfacción en el trabajo menor! Andrew Clark explica este hallazgo con una teoría aspiracional que dice que los que tienen más educación, tienen mayores aspiraciones--pero no todos alcanzan sus metas. Es el típico ejemplo del taxista que tiene una licenciatura en contabilidad... o sin ser tan drásticos, el licenciado en administración que trabaja en una empresa y que nunca es promovido porque las vacantes en puestos más altos son muy limitadas.

Hasta ahora, no he encontrado otras investigaciones que concluyan cuál es la causa de estas relaciones entre educación y satisfacción laboral o felicidad personal. Lo interesante es que en Japón los que tienen preparatoria son los más infelices, mientras que los empleados con maestrías y doctorados son los más satisfechos. Pero me sigo preguntando... ¿por qué?

Como todavía no tengo respuesta, no puedo concluir nada... pero de lo que sí puedo escribir es sobre mis conjeturas. Platicando con mi coautor y leyendo artículos en internet, me di cuenta que al parecer el estatus o posición social de una persona en Japón es muy importante. Un académico japonés-americano muy famoso, Edwin Reischauer, escribió en los 50s que las jerarquías ocupan un lugar muy significativo en la vida japonesa: de esas jerarquías viene precisamente, por ejemplo, el respeto a los ancianos o el predominante rol del hombre--y el correspondiente rezago de la mujer--en el ámbito profesional. Del mismo modo, es posible pensar que aquellas personas que tienen un título universitario o, aún mejor, de maestría o de doctorado, deriven una gran satisfacción del puro placer de saberse superiores en la escala socio-académica-cultural japonesa.

Sin embargo, otro dato interesante de la cultura japonesa es que la presión que enfrentan los trabajadores, en especial aquéllos con mayores niveles educativos y en mejores posiciones laborales, es mucha. Esta competencia intensa entre colegas de trabajo se ve reflejada en las altas tasas de suicidio que tiene ese país--la más alta entre las naciones industrializadas, y la 8a más alta en el mundo según Wikipedia. Lo peor del asunto es que el suicidio no es el único malestar social causado por el enfermo deseo de sobresalir y ser el mejor entre los trabajadores. Desde los 60s, se ha venido incrementando el número de demandas interpuestas por las familias de trabajadores que han muerto a causa de exceso de trabajo. Tan cotidiano se ha vuelto este problema que los japoneses han acuñado un término para referirse a estas muertes por exceso de trabajo: karoshi. Y, a la vez, se ha tornado tan preocupante que el gobierno japonés recientemente ha propuesto reformas a las leyes laborales que hasta el momento no regulan ni el número de horas trabajadas ni la compensación recibida por los trabajadores (de hecho, por si fuera poco, otro problema es que los trabajadores no quieren reportar cuántas horas extras trabajan por miedo a represalias por parte de sus superiores).

¿Cómo afectan estas políticas a la satisfacción de los empleados? Todavía no sé... pero por lo pronto les dejo otras informaciones espeluznantes:

http://members.jcom.home.ne.jp/katori/WORKAHOLISM.html
http://www.atimes.com/atimes/Japan/IF02Dh01.html

1 comentario:

Unknown dijo...

Con todo respeto, creo que su estudio esta mal encaminado. Yo mas bien creo que aqui hay que analizar a las personas valemadristas y a las personas "responsables", mhh o no encuentro que otro termino. O sea son mas felices las personas super dedicadas, responsables, traumadas con sobresalir o las personas que les vale madre la vida, les escurre el sebo y estan completamente concientes de que el valemadrismo es lo mejor. POrque de eso si puedo dar una respuesta yo, esta clariiisimo que una persona valemadrista vive con mas tranquilidad en la vida, se enferma menos, no es estrenida, menos propensas a canceres, no se enoja, estoy casi segura que les han de dar menos ataques de corazon, infartos etc. Aunque estoy tambien deacuerdo que el dinero puede alivianar mucho la tranquilidad y felicidad de la gente, el cual se consigue trabajando y estudiando pa salir adelante, peeeeeeeeerooooo no siempre las personas mas destacadas son las que tienen muchos estudios. Jajaja chanla y tu estudio es mas sofisticado, pero estoy segura que vas mal encaminado jajajjajaa te quiero...