19.2.08

¿Qué bonito es Chihuahua?


Lucha Villa, una de las grandes intérpretes de la canción ranchera en México, hizo famosa una canción con letra de Pedro de Lille y música de Felipe Bermejo: el Corrido de Chihuahua. A modo del conocido poema ¡Yo no tengo soledad! de Gabriela Mistral, la Lucha canta al final de cada estrofa el verso:

¡Qué bonito es Chihuahua!

Pero rápidamente a Chihuahua le están arrancando esa belleza.

El día de hoy, el diario Reforma publicó las estadísticas de ejecuciones en nuestro país en lo que va del año. Los ilusos pensamos que 2007 fue un año anómalo que registró un número elevado de ejecuciones por la guerra que emprendió el Presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico. Sin embargo, el número de ejecutados en ese año aumentó a 2,175, apenas 155 muertitos más que el año anterior, cuando aún no había guerra declarada. La estrategia de guerra abierta y batallas campales de Calderón ha dado pie a similares batallas ideológicas entre los que apoyan y los que rechazan las políticas del presidente. Ha habido numerosas decomisaciones, sí, y se han arrestado a varios capos como Alfonso Barajas, Alfredo "El Mochomo" Beltrán y Pedro Díaz Parada "El Cacique Oaxaqueño", sin lugar a dudas hechos importantísimos para ganar la guerra contra el narcotráfico. Sin embargo, los detractores se preguntan si estos triunfos valen la inseguridad y el nerviosismo en ascenso, si la posibilidad de victoria vale los 155 ejecutados adicionales en sólo un año...

A la luz de las nuevas estadísticas, tres cosas son evidentes. La primera es que los 155 finados extra pueden o no ser producto de las políticas de Calderón. En comparación con 2006, el número de ejecutados en 2007 aumentó tan solo 7% y es posible que este aumento sea simplemente parte de una tendencia... Lo cual nos lleva a la segunda observación: independientemente de las razones detrás de este aumento de 7% en el número de ejecuciones, estas 155 ejecuciones adicionales son nada en comparación con el aumento en años previos. Por ejemplo, en 2005 se registraron 1,543 ejecuciones, ¡lo cual implica un aumento en 2006 del 37%! Y los números son similarmente espeluznantes en años anteriores, por lo que el crecimiento de 7% en el número de ejecuciones en el país representa más bien un rompimiento en la tendencia alzista.

La tercer observación es que las estadísticas de 2008 parecen indicar una nueva alza en homicidios relacionados con el narcotráfico. Según las cifras del Reforma, en los primeros días de 2008 se han registrado 320 ejecuciones en el país. Las cifras anuales del 2006 y 2007 implican un número de ejecuciones de 260 y 280 en los primeros 45 días del año, respectivamente. Así, la idea de 320 ejecuciones, 40 más que el año anterior en sólo 45 días, es simplemente escalofriante. Sin embargo, al observar los números por estado, no se ve un aumento en la violencia en Sonora, ni en Tamaulipas, ni en Sinaloa, ni en Nuevo León. El aumento se ve casi exclusivamente en Chihuahua (y algo en Baja California Norte): 130 ejecutados en 2006, 147 en 2007... ¡74 en los primeros 45 días de 2008! ¡Es más de la mitad de los que se registraron todo el año anterior!

La duda sobre la eficacia de las políticas calderonistas contra el narcotráfica aún queda en el aire, pero parece que los números sugieren un moderado éxito hasta ahora... excepto en Chihuahua. Tal vez ayudaría si se promoviera la disminución de la valentía y la bravura de los habitantes del estado, características que las coplas populares tanto pregonan en sus versos y que tantas balas perdidas dejan en el aire:

Que bonito es sentirse chihuahuense
aventar por los aires un balazo
que marque en el espacio la ruta del valor,

enfrentarse al destino cara a cara,

adorar con pasión todo Chihuahua

y cantar al compás de mis guitarras

canciones de mi tierra con todo el corazón.

Imagen: MEXICO VIVO/AHUMADA/LA JORNADA.

12.2.08

Intento de asesinato (o todos somos Al-Dossaris)

Intentan asesinar a San Valentín... pero fallan.

El periódico Saudi Gazette informó ayer que las autoridades de Arabia Saudita prohibieron el despliegue y la venta de cualquier artículo rojo desde hoy y hasta el viernes, una vez que hayan concluido las festividades de San Valentín.

¿La razón? Como bien lo dice Sheikh Khaled Al-Dossari, un eminente intelectual especialista en estudios islámicos:

As Muslims we shouldn't celebrate a non-Muslim celebration especially this one that encourages immoral relations between unmarried men and women.

[Los musulmanes no debemos celebrar una tradición no musulmana, especialmente ésta que promueve relaciones inmorales entre hombres y mujeres solteros.]

Dos cosas me llaman la atención. La primera es que nuestra cultura occidental generalmente asocia este tipo de actitudes extremistas con individuos u organizaciones religiosas fundamentalistas y/o con las personas no educadas. Sin embargo, en este caso vemos que la condena viene de un académico reputado. ¿Fundamentalista? Quizás, pero de buena educación.

La segunda es que la política de prohibición no hace más que exacerbar el problema en cuestión. En el artículo se menciona que como consecuencia de esta política dura del gobierno saudita, el precio de las rosas en el mercado negro subió inmediatamente de 1.5 riyales (US$ 0.40) hasta 30 riyales (~ ¡8 dólares!). Hasta el momento, se reporta que las florerías continuaron con su venta clandestina de rosas, tomando órdenes por teléfono y haciendo entregas a domicilio. Aquellos que no compraron flores para sus parejas y amigos dijeron que nada les impediría enviar tarjetas electrónicas de internet deseando un feliz San Valentín a sus seres queridos. Y las parejas piensan celebrar con una cena romántica en Dubai (en los Emiratos Árabes Unidos). Entonces, ¿qué es lo que ganan exactamente las autoridades con esta prohibición?

La analogía que me vino a la cabeza al leer esta noticia es la prohibición de drogas en México y en Estados Unidos. A pesar de la política condenadora que prevalece en estos y otros países (incluyendo los del Medio Oriente), el consumo de drogas es una realidad que golpea a nuestras sociedades en la cara. Así como la criminalización de la venta de rosas creó en menos de un día un mercado negro en Arabia Saudita, la prohibición de todo tipo de drogas en nuestros países promueve el comercio de estos productos bajo el agua. ¿Consecuencias? Altos precios, calidad descontrolada y consumo desmesurado.

Lo irónico del asunto es que en nuestra sociedad la prohibición también es cortesía de fundamentalistas y/o gente educada. Sin quererlo, todos somos Al-Dossaris...